(Fidel Castro en labores agrícolas con la
moringa)
Junio 20, 2013
Por estos días hace ya un año que Fidel Castro
anunció un descubrimiento extraordinario: Un árbol que daría carne, leche, y
huevos en abundancia. Todo lo que no ha podido conseguir el castrismo en medio siglo
y cuatro años de propina. Fue justo el 17 de junio de 2012 cuando, desde su
poltrona de retiro, escribió un mensaje publicado en su sitio privado,
Cubadebate. En un solo párrafo de cuatro
líneas informaba que en el país “ya
están las condiciones creadas” para el cultivo masivo de moringa, árbol
milagroso, que es “fuente inagotable de carne, huevo y leche”.
Después de provocar el asombro, la risa y la
compasión, Fidel develó el nombre del árbol prodigioso: la moringa y
también la morera, otro árbol con
“fibras de seda que se hilan artesanalmente y son capaces de suministrar
trabajo a la sombra y bien remunerado, con independencia de edad o sexo”. En el
imaginario popular cubano, la morera tuvo menos repercusión que la moringa,
porque la sonoridad idiomática de su nombre se aviene más al choteo propio de
la idiosincrasia cubana. Imaginar cómo Fidel se encontró con la moringa al
final de sus tiempos no es muy difícil. Es casi seguro que en sus largas
incursiones por Internet, en sus horas de insomnio, se topó con las
investigaciones de laboratorio y de campo que algunos científicos han realizado
sobre la moringa. El resto brotó como un manantial inagotable de esos desvelos.
La moringa no es una invención de Fidel. Ni
mucho menos un descubrimiento prodigioso de su genio creativo, aunque la
propaganda oficial pretenda “venderla” como tal. La moringa es un árbol
originario del norte de la India, que actualmente abunda en todo el trópico y
que ha sido utilizado como cerca viva o cortina rompevientos para evitar la
erosión del suelo en zonas con períodos de grandes sequías y vientos fuertes,
de buena adaptación y buena producción de leña y madera, que proporciona sombra
poco densa, y es útil para sistemas de intercultivos.
En 1996 durante un seminario en Nairobi un
grupo de científicos destacó sus cualidades, como posible fuente de nutrición.
El artículo fue publicado por la revista Agroforestry Today, y se encuentra
alojado la página web de la Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura (FAO).
Todo lo demás es puro delirio. Divagaciones
seniles que hace un año acogió la prensa oficial y alentaron algunos fieles
seguidores del castrato ante el silencio indiferente del nuevo gobernante, Raúl
Castro.
Copiando tiempos idos, algunas las empresas
agrícolas estatales se dedicaron a sembrar moringa, convirtiendo en costosos
programas agrícolas los delirios seniles del Comandante en Jefe.
De esos planes dieron cuenta, por ejemplo, las
siguientes publicaciones:
“De la moringa, todo”. Periódico Victoria de
Isla de Pinos, 20 de junio de 2012.
“Agricultores amancieros apuestan por los
beneficios de la moringa oleifera”. Radio Maboas. Municipio Amancio Rodríguez,
Las Tunas, 21 de junio de 2012.
“La Moringa: reseña de un árbol maravilloso”.
Periódico Escambray, Sancti Spiritus, 21 de junio de 2012.
“Plantadas en Camagüey más de 200 hectáreas de
moringa”. Periódico Adelante, 26 de junio de 2012.
“La moringa”. Periódico Granma, 26 de junio de
2012.
Ha pasado un año desde aquél anuncio. Hoy nadie
habla en voz alta ni en medios públicos de la moringa de Fidel. Quizá la prensa
oficial se atreva a abordar el asunto ahora que, según dicen, estamos en
tiempos de “actualización” del viejo modelo. Ya veremos.
Publicado
en El Timbeke el 19 de junio del 2013
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