viernes, 2 de agosto de 2013

Purificar agua con semillas de moringa



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Las semillas de Moringa oleifera se pueden obtener a un precio asequible en la Red, ya que el árbol se cultiva con fines decorativos.

La cantidad de M. oleifera requerida para purificar el agua dependerá de las impurezas que contenga. Alrededor de 50-150 mg de semillas molidas bastan para tratar un litro de agua: como regla general, el polvo de una semilla sería suficiente para un litro de agua muy turbia o dos litros de agua poco turbia. Experimentar con pequeñas cantidades de agua en un tarro te ayudará a calcular la cantidad correcta de polvo y los tiempos óptimos de mezcla.

Quizá te interese comparar la calidad del agua conseguida con las semillas de M. oleifera y la conseguida mediante otros métodos (ver en Mitchell et al., 2008, un ejemplo de otro método de purificación) y organizar un concurso para ver cuál es el método más eficaz.
Extrae las semillas de las vainas secas, si todavía quedan restos, y pélalas hasta que quede el grano blanquecino. Desecha cualquier grano con manchas oscuras o señales de deterioro.


Tritura los granos de las semillas hasta obtener un polvo fino y tamízalo (en una malla de 0.8 mm o algo parecido).


Pon el polvo (aproximadamente 2 g) en una taza de agua limpia, viértelo en una botella y agítala durante 5 minutos.


Filtra la mezcla echándola a través de un paño limpio al cubo de agua sucia que se va a tratar.


Remueve el agua rápìdamente durante 2 minutos y más despacio durante 10-15 minutos (no uses instrumentos de metal ya que podrías reintroducir los iones metálicos eliminados por la M. oleifera). Cuando estés removiendo despacio, las partículas finas y las bacterias empezarán a agruparse y hundirse, depositándose en el fondo del cubo.


Tapa el cubo y déjalo reposar hasta que el agua se aclare y las impurezas se depositen en el fondo. Este proceso puede tardar hasta una hora.


Se puede trasvasar o verter el agua limpia de la parte superior del cubo o filtrarla a través de un paño limpio. Este proceso elimina al menos el 90% de las bacterias y otras impurezas que causan la turbidez.




Notas:

Se puede almacenar tanto las semillas como el polvo de semillas, pero la pasta (hecha en el paso 4) debe estar recién hecha cada vez que se vaya a purificar agua.

Por razones de seguridad, el agua purificada en clase no debe beberse.


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